No he podido resistirme. Desde el primer momento que la vi me cautivo.
Córdoba es una ciudad maravillosa. Cada piedra de cada una de sus calles es testigo de una historia llena de cultura y belleza.
Mientras me pierdo por sus calles escucho el sonido del agua de las fuentes y miro con estupor la forma de sus esquinas y los colores de sus casas.
Pasando por un jardín reconozco perfumes y esencias familiares. Los niños juegan trepando un árbol… Se respira armonía y paz.
Pasada de fotos Martino, no conocía tu blog pero te voy a seguir!